¡Hola, holita vecinito! Si has llegado hasta aquí, probablemente sientas curiosidad sobre quién es la que está detrás de esta web y estés cotilleando un poco sobre mí.
Tranqui, no te culpo. Yo también soy de las que cotillea perfiles ajenos a las 2 de la madrugada mientras me pregunto el porqué del universo… Así que, para hacerte la vida más fácil, ahí van 10 cosas sobre mí:
1. Al principio trabajé en RRHH
Sí, fui de esas personas que cribaban CVs y hacían preguntas en las entrevistas tipo «¿Por qué te quieres cambiar de trabajo?». Espero que no me odies por esto… sé que los técnicos de selección no tienen muy buena reputación, pero era de lo poco que podía trabajar al terminar la carrera.
Si esto te hace sentir mejor, yo no era de las que decidían si te contrataban o no para el trabajo, la última decisión siempre la tenía otra persona. Además, yo era de las (pocas) que no trataba a las personas como a un número, que daba feedback del proceso, y que se preocupaba más por el candidato que por la empresa. Intentaba hacer un poco más «humano» el sector de Recursos Humanos…
Fue una etapa en la que aprendí muchas cosas: a comunicar de forma asertiva, a poner límites, a gestionar equipos, y un montón de vocabulario técnico (Java, Spring Boot, Full Stack…). Sin embargo, mi ojo siempre estuvo en la psicología clínica.
Recién salida de la carrera de Psicología y sin el máster habilitante aún, no podía ejercer como psicóloga clínica, así que me metí en RRHH porque el horario era bueno, el sueldo aceptable y me daba la estabilidad necesaria para poder estudiar mientras tanto el máster en Psicología General Sanitaria (aka el MPGS, que todo psicólogo necesita para poder trabajar con pacientes en consulta).
Después de cuatro años en RRHH y conocer un montón de gente interesante, pude decir adiós a esta etapa de mi vida y hacer lo que siempre había soñado: ayudar a la gente a ser su mejor versión.
2. Tengo una gata que se llama Cloe

Siempre me han gustado los animales. A lo largo de mi vida he tenido diversas mascotas: perros, gatos, pájaros, un montón de conejos (es cierto el dicho de «se reproduce como conejo»…), hasta una cabra! (es que soy de pueblo, no me juzgues, jeje). Y desde los últimos tres años está en mi familia Cloe, una gatita siamesa con unos ojazos que te harán derretir.
Otra anécdota: La adopté de una protectora de Cádiz, así que digo que mi gata es «gatitana» (en vez de gaditana).
3. Soy vegetariana
Esto viene de la mano con lo anterior: me encantan los animales, pero no para comerlos… Sin embargo, la historia de por qué me hice vegetariana no tiene que ver con mi amor por los animales, sino con otra cosa muy diferente.
La mayoría de las personas deciden ser vegetarianas por cuestiones éticas; yo me hice vegetariana por identidad. En un momento de mi vida empecé a conocer varias personitas que eran del mundo veggie. Como me gustaba su forma de ser (respetuosos, educados, amigables…), quise adoptar su estilo de vida y parecerme más a ellos, así que me hice vegetariana. =)
Pero tranquilo… no soy de esos vegetarianos que te intentarán convencer o te harán sentir mal porque comas carne. Que me gusten los animales no significa que los prefiera por encima de las personas. Ante todo, mucho respeto y Hakuna matata!
Además, también me mueven otros valores como el ecologismo al ser vegetariana. Porque sí, cada día soy más consciente de la huella que dejamos en el planeta, así que prefiero dejar una huella verde.
Llevo ya unos años sin comer carne o pescado (aunque confieso que hecho de menos el sushi… jeje), y cada vez me siento más orgullosa de haber tomado esa decisión. Estoy aprendiendo muchas recetas con tofu, y las verduras ya no me parecen tan aburridas. Considero que ser vegetariana es una seña de mi identidad, y me gusta.
4. Mi color favorito es el verde
Verde que te quiero verde. Verde viento. Verdes ramas… El verde es vida, es naturaleza, es calma. Me conecta con todo lo que me inspira: los árboles, el equilibrio, los domingos tranquilos y las cositas sostenibles. Básicamente, si algo es verde, probablemente me guste (como esta web).
5. Sé tocar el piano y la guitarra
La música siempre ha sido algo que me llena. Tuve suerte de que mis padres descubrieran ese talento en mí y me apuntaran a clases de piano de pequeña. No era Mozart, pero aprendí rápido. Podría decirse que fui uno de esos «niños prodigio» que se le dan muy bien algo de pequeños, y que luego, cuando crecen, dejan de hacerlo tan bien y se normalizan.
El piano es genial, siempre me ha parecido que da un aire de seriedad, elegancia e inteligencia. Sin embargo, no es portátil… Así pues, unos años más tarde, aprendí a tocar guitarra por mi cuenta. Ya tenía la base musical, así que no fue tan difícil. Si es que cuando sabes tocar un instrumento, los demás salen como churros… Además, con la guitarra, me sentía más libre, más fresh, y le daba equilibrio a esa parte seria de mí que toca el piano.
Desde entonces, la música ha sido una forma de expresarme, de gestionar mis emociones, un refugio y una parte de mi identidad.
6. Soy una friki de Harry Potter, Marvel, GOT…
Siempre he sido imaginativa, de las que se inventaban historias en la cabeza cuando miraban por la ventana del coche. Así que cuando en el cole nos mandaron leer Harry Potter, fue como si alguien me abriera una puerta secreta al mundo que siempre quise: magia, criaturas fantásticas, castillos… Fue amor a primera vista.
Me llevé un chasco cuando mi carta a Hogwarts nunca llegó… pero eso no ha evitado que me sepa un montón de hechizos, tenga una estantería con merchandising y mi perfil en Pottermore. Por cierto, ¿te preguntas de qué casa de Hogwarts soy? De Slytherin. Y adivina por qué: porque es verde. Jaja
Con el tiempo se sumaron más obsesiones: Juego de Tronos… ay. Qué serie. Qué traición final. Pero aún así, me encanta. Marvel es otro universo en el que me pierdo feliz. Sitcoms como Friends… Y también fui MUY fan de Embrujadas, esa joya de los 90 con demonios cutres y muchos efectos especiales. En resumen: si hay magia, aventuras o gente salvando el mundo, me encanta.
7. Se me dan bien las manualidades
No es por presumir (bueno, un poco sí), pero soy de esas personas que si le das algo estropeado, te lo arregla. Soy un poco McGyver. Y esto va de la mano con que se me da muy bien cualquier trabajo manual. Pintar, dibujar, coser, moldear… Son otra forma de expresar mi creatividad.
8. Me gustan las plantas (pero se me dan mal…)
Al contrario que con las manualidades, se me dan muy mal las plantas. No sé cómo lo hago, pero las pobres no duran mucho conmigo. Las riego, les hablo, hasta les pongo nombres… y aún así, se me marchitan como si las regara con lejía.
Pero hey, estoy mejorando. He conseguido que dos sobrevivan más de seis meses. ¡Todo un récord! Poco a poco voy aprendiendo, pero por ahora mi casa sigue pareciendo el escenario de un planticidio.
9. Me encanta el chocolate
Negro, con leche, frutos secos, relleno, en bizcochos, helados, con churros… El chocolate me ha acompañado en mis alegrías y mis penas. Mi favorito: Chocolate negro con naranja.
Mi pasión por el chocolate es tal, que mi primera palabra de bebé fue «chocolate». Es una anécdota muy graciosa. Mis padres me dieron a probar la tarta de mi primer cumpleaños y ya no quise más potitos. Después de ese tomar ese manjar les grité «¡Chocolate!»
10. Soy INFJ
Para los que no saben qué es eso, dejo aquí un link explicativo: ¿Cuál es tu tipo de personalidad según Carl Jung?
Para quienes entiendan este rollo, sabrán que el INFJ es como el unicornio del MBTI: idealistas, profundos, soñadores y un poco intensitos, pero con buen corazón. A veces necesito recargar las pilas en soledad, pero siempre estoy ahí para quien necesita una charla sincera, un abrazo terapéutico o un desahogo emocional.
Me gusta ayudar, escuchar, y conectar con las emociones de los demás. De hecho, no es casualidad que mi vocación sea la psicología. Es que va conmigo, con mi forma de ser, con mi visión del mundo. Más que un trabajo: es como si la profesión me eligiera a mí (sí, muy rollo Harry Potter otra vez).
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Hasta aquí todo por hoy. Quizás te haya parecido interesante, o quizás solo meh… al menos irás sabiendo que detrás de esta pantalla hay alguien que ama el chocolate, las varitas mágicas y la música.
Si te doy buena vibra y quieres que te ayude en eso que lleva un tiempo molestándote, puedes empezar un proceso terapéutico conmigo y te acompañaré encantada hasta que seas tu mejor versión. 😉
¡Eso es todo amigos!
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